Las 10 Fases del Admin que Perdió la Fe
Hubo una vez un admin. Uno que soñó con un Fediverso libre, humano y sin algoritmos. Uno que creyó. Uno que cayó.
Esta es su historia.
La tuya.
La de todos los que alguna vez abrieron un panel de moderación y pensaron:
“¿Qué demonios estoy haciendo con mi vida?”
1. La Ilusión del Elegido
En el principio, no existía más que caos digital y servidores vacíos.
Pero entonces, alguien se alzó. Un alma valiente con una misión clara: liberar el timeline, restaurar el shitposting ancestral y fundar una comunidad sin dioses algoritmo.
“Aquí no habrá censura. No habrá drama. Solo descentralización y camaradería.”
Y así, nació la instancia. Breve fue la paz. Pero eterno fue el sueño.
Y entre las sombras del timeline, un nuevo usuario susurró: “¿Aquí se puede subir hentai o me van a banear como en la otra?”
2. La Configuración del Héroe
Durante siete días y siete noches, el admin escudriñó wikis, invocó logs y consultó foros abandonados como ruinas sagradas.
Instaló. Federó. Reinició. Y por fin, surgió la primera chispa:
“Hola mundo. ¿Esto se ve?”
Un usuario llegó. Luego dos. Luego un mensaje que cambiaría su destino:
“Admin, no me aparece el avatar. ¿Esto va a ser siempre así de cutre?”
El héroe apretó los dientes. Respondió con serenidad.
Había aceptado el llamado. Y no había marcha atrás.
3. El Boom del Primer Boost
Y entonces, sin previo aviso… llegó el boost sagrado. Un toot absurdo cruzó las federaciones como viento en la llanura. Y el mundo lo vio. Y el mundo lo rió. Y los usuarios llegaron.
Cientos.
Miles (bueno, quizá treinta).
Un mensaje desde Lemmy lo confirmó:
“Tu instancia es muy ética.”
El ego creció. El brillo en los ojos también.
El admin creyó, por un instante, que lo había logrado.
Y desde un rincón del timeline, una voz inocente rompió la calma:
“¿Dónde está el drama? Esto está muy muerto.”
4. El Ticket del Abismo
Las sombras llegaron sin aviso. El servidor empezó a jadear. El cronjob falló. El inbox se llenó. El caos floreció.
“No me carga el timeline. ¿Es mi internet o tu instancia?”
“¿Por qué no federas con esta instancia nazi?”
El admin, fiel a su juramento, descendió al infierno de los logs: ahí donde los errores se multiplican como demonios y las soluciones se esconden tras líneas de comandos mal documentadas.
Pero el drama no da tregua.
“He perdido mis seguidores. ¿Es culpa tuya o de la federación?”
“Mi gato no se federó. Esto es censura.”
Horas de debugging. Parches temporales. Respuestas que nadie lee.
Y por primera vez, el admin dudó. ¿Era esto lo que soñó?
5. El Juicio del Primer Ban
Un usuario cruzó la línea. El caos ya no era gracioso. Lo que era una comunidad se convirtió en una jaula de fuego cruzado.
El admin, con pesar, pulsó el botón maldito: Banear.
“Moderación fascista.”
“Aquí no hay libertad de expresión.”
Las menciones ardieron. El drama se ramificó como viña venenosa entre instancias lejanas. Algunos le apoyaron. Otros lo acusaron. Nadie leyó las reglas.
Y el admin comprendió el verdadero precio de decidir.
6. La Ira Silenciosa del Moderador Ignorado
Todo parece funcionar. No hay errores. No hay alertas. Solo silencio. El silencio cruel del usuario que no agradece.
Y sin embargo, ahí están… las pullitas, los comentarios indirectos, los boosts sin contexto.
“Hay admins que creen que saben lo que hacen. En fin.”
El admin lo lee. No responde. No puede. El código no contempla emociones.
Pero por dentro… por dentro arde.
Has dejado de ser un héroe. Ahora eres solo el nombre de un dominio. Un recurso. Un enemigo invisible.
7. El Precio del Sueño
El VPS empieza a fallar. El espacio se agota. La RAM tiembla como un cachorro recién federado.
Abres el panel. Ves el consumo. Lees el mensaje del proveedor:
“Recomendamos subir al plan superior.”
Miras tu cuenta bancaria. Recuerdas ese Ko-fi que nunca llegó. Respiras hondo.
“He pagado 12€ este mes para que me insulten gratis.”
Y entiendes que la descentralización no es barata. Es un voto de fe que siempre pagas tú.
8. La Noche del Alma Admina
Te planteas cerrarlo todo. Lo piensas en serio.
Escribes un toot largo. Lo borras. Escribes otro. Lo publicas.
“Estoy cansado. Quizás cierre la instancia. Gracias por todo.”
Las respuestas llegan. Algunas sinceras. Algunas vacías.
“Ánimo.” “Haz lo que necesites.” “Una pena, justo me había acostumbrado.”
Silencio. No una rebelión. No una revolución. Solo silencio. Y el silencio duele más que los boosts.
9. El Renacimiento Cínico
No cerraste. No lo hiciste. Algo dentro de ti —quizás masoquismo, quizás amor verdadero— decidió continuar.
Pero ya no eres el mismo. Tu mirada carga mil líneas de log. Tu risa es breve. Tus toots, sarcásticos.
“Nueva versión disponible. Estoy seguro de que no romperá nada.”
Te han llamado dictador, mesías, plomero emocional de la federación. Y aún así, sigues ahí. Porque si tú no lo haces, ¿quién lo hará?
10. El Guardián del Caos
Y sin embargo… aquí estás.
Sigues respondiendo tickets. Sigues boosteando memes. Sigues haciendo copias de seguridad que solo fallan cuando más importa.
“Ser admin es como ser dios: todo el mundo te culpa, nadie te da las gracias, pero sin ti, esto colapsa.”
Y entonces, una notificación. Un nuevo usuario. Sin avatar. Sin bio. Nombre: JoséLuis1984.
Tootea:
“Yo me llamó José Luis. ¿Dónde está el botón de shitpost?”
Sonríes. El ciclo continúa. Eres admin. Eres caos. Eres necesario.
Epílogo: El Retorno del José Luis
Cuando crees que todo ha acabado… el ciclo comienza de nuevo.
Un nuevo registro aparece. Usuario sin avatar. Sin descripción. Nickname ancestral: JoseLuis1984.
Su primer toot es claro, firme, inevitable:
“Yo me llamó José Luis. ¿Aquí se puede josear?”
Y desde algún rincón de la instancia, una voz responde:
“Que no, Paco… que no.”
Porque mientras exista un solo admin que mantenga viva su instancia,
una base de datos que respire,
un shitpost por federar…
el Fediverso seguirá girando.
Y tú, admin caído y renacido,
eres parte de esa leyenda distribuida.
Gracias por resistir. Gracias por volver. Gracias por no borrar el VPS todavía.
Tu contribución mantiene viva la instancia,
el shitpost, y el legado de José Luis.